Que se salga con la Suya
Puede sonar raro el tĂtulo, pero si entendemos el contexto, definitivamente queremos que Dios se salga con Su voluntad. Que se haga Su voluntad en nuestra vida, porque sabemos que siempre serĂ¡ lo mejor para nosotros.Â
Casi todos queremos tener el control sobre todo, ganar en todos los aspectos. Pero cuando conocemos de Dios, y hemos entregado nuestra vida a Él, sabemos cuĂ¡nto nos ama y es por ello que confiamos en Su voluntad para nosotros.
Pues asĂ como los cielos estĂ¡n mĂ¡s altos que la tierra, asĂ mis caminos estĂ¡n mĂ¡s altos que sus caminos y mis pensamientos, mĂ¡s altos que sus pensamientos.
IsaĂas 55:9 (NTV)
Teniendo esto en cuenta, nunca debemos decir que le estamos exigiendo mucho a Dios. Él tiene la capacidad de hacerlo todo. Pero, los valores no son los mismos tampoco para nosotros. Lo que es valioso para Dios es la verdad, las maneras y la vida que Él nos da.Â
Entonces, podemos anhelar muchas cosas, podemos desear tantas otras, pero ponerlo en manos de Dios nos debe dar paz. Su voluntad siempre va a ser mejor que la nuestra y cuando creemos eso verdaderamente, confiamos en que todo saldrĂ¡ bien, aunque no sea lo que esperĂ¡bamos.
Queremos de corazĂ³n que Dios se salga con la suya
Hay quienes nos critican porque nos acusan de tener una confianza ciega. SĂ, lo debemos reconocer, la fe es lo que creemos aĂºn sin verlo. Debemos esforzarnos por tener una fe como la de David cuando con un arma casi de juego y un piedra, derrotĂ³ a un gigante al cual el ejĂ©rcito, con armamento de guerra, le temĂa.
Una de las fortalezas que debemos afianzar es la fe. Dios nos ama, y leyendo Su Palabra podemos ver cuĂ¡nto. Al leer la Biblia, registramos todas Sus promesas para nosotros y eso nos tiene que dar confianza, esa confianza nutre nuestro espĂritu y ayuda a que nuestra fe crezca.Â
Queremos que Dios se salga con la suya, porque sabemos que Sus planes son de bien para nosotros. Si lo invitamos a nuestra vida, nos acompañarĂ¡ siempre y no nos dejarĂ¡ ir. Nos protegerĂ¡ de todo mal y nos ayudarĂ¡ y consolarĂ¡ cuando pasemos por tiempos difĂciles. Pon tus preocupaciones en manos de Dios y descansa.Â
OraciĂ³n del dĂa
Amado Dios, mi Rey celestial, te doy gracias por ese amor inigualable que sientes por mĂ. Te agradezco todas las veces que me dejaste saber que me acompañabas y te pido que siempre se haga Tu voluntad en mi vida. PerdĂ³name si a veces me puedo haber quejado por situaciones difĂciles. PerdĂ³name porque me enfoquĂ© en el hecho y no en Ti, que me sacas siempre de las dificultades. Te amo y te necesito. AyĂºdame a fortalecer mi fe cada dĂa, en el nombre de JesĂºs, amĂ©n.Â
AplicaciĂ³n
¿QuĂ© situaciones por las que has pasado te han hecho cuestionar a Dios o pensar que no te oye?
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