Como las flores del campo
Es impresionante ver cĂ³mo tantas personas se preocupan tanto de su fĂsico, de la apariencia de su hogar y su auto, de la ropa que usan. Y no estĂ¡ mal, procurar una apariencia agradable y tratar de llegar a la vejez con salud. Pero no debemos excedernos.Â
Porque si hay algo cierto es que nuestra apariencia fĂsica, nuestra belleza, es pasajera, al igual que todo lo de este mundo, con el tiempo se va deteriorando y nos vamos haciendo mĂ¡s frĂ¡giles, menos saludables, nuestros huesos se debilitan y nuestra piel se arruga.Â
Pero si hemos cultivado y nutrido el espĂritu, viviremos esa etapa de la vida con gusto, con alegrĂa y paz. Tendremos menos dolor, menos amargura y menos rencor. Cosas que nos envenenan el cuerpo. Pero un espĂritu alegre y conectado con Dios transmite belleza, salud y paz.Â
«Los seres humanos son como la hierba, su belleza es como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita. Pero la palabra del Señor permanece para siempre» 1 Pedro 1:24-25 (NTV)
No importa que nos marchitemos si hemos aprendido a perdonar, a tolerar, a tener empatĂa. Necesitamos aprender a respetar a otros aunque no piensen igual a nosotros y se comporten de distinta manera. No quiere decir que cambiemos y seamos como ellos, simplemente, no mofarnos ni sentir que los podemos señalar.Â
El mundo y todo en él, como las flores del campo, se marchita
Porque lo cierto es que todo en este mundo es tal como lo dice la porciĂ³n de Escritura, como la hierba que se seca y como la flor que se marchita. Solo Dios y Su Palabra, permanecen por siempre. Por tanto, estudiemos Su Palabra. Nutramos asĂ nuestro espĂritu.Â
No olvidemos que Su Palabra es viva y puede lograr cambios, no solo en nosotros sino en aquellos por quienes oramos. Es una de las armas o herramientas que tenemos para combatir al enemigo y orar con mĂ¡s potencia cada dĂa.Â
Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es mĂ¡s cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espĂritu, entre la articulaciĂ³n y la mĂ©dula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos mĂ¡s Ăntimos. Hebreos 4:12 (NTV)
Prestemos atenciĂ³n, enfoquĂ©monos en lo verdaderamente importante. En lo que de veras tiene valor, mucho mĂ¡s que el dinero o la belleza, cultivar nuestro espĂritu y hacer que nuestra relaciĂ³n con Dios crezca y se fortalezca con cada minuto que pase.Â
Ser la mejor versiĂ³n de nosotros mismos, ayudando a otros, sirviendo en la iglesia en todo lo que podamos. Eligiendo la verdad sobre la mentira, tratando a todos con gentileza y amor, con respeto y consideraciĂ³n. Eso y fortalecer nuestra relaciĂ³n con JesĂºs es lo mĂ¡s importante.Â
OraciĂ³n del dĂa
Mi Rey y Señor amado, vengo con agradecimiento por todo lo que me das a diario, por acompañarme siempre y hacerme llegar Tu Palabra cada dĂa de diversas maneras. Te pido perdĂ³n si me he ocupado en exceso de mi apariencia o la de mis cosas.Â
AyĂºdame a cultivar mi espĂritu y pasar tiempo de calidad leyendo Tu Palabra para poder crecer y aprender. Para ser mejor cada dĂa mi Dios. Que pueda yo ser dirigido y guiado por Ti, lo pido en el poderoso nombre de JesĂºs, amĂ©n.Â
AplicaciĂ³n
CuĂ©ntanos las maneras en las que cultivas tu espĂritu.
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